El pesimista debilita su capacidad y su voluntad al cargar con el peso inútil de los mensajes negativos que se crea. Con su ansiedad y negativismo no arregla ninguno de los problemas que él mismo se crea y se siente, a toda hora, cercado de amenazas de fracaso. El optimista, en cambio, toma sus asuntos con calma y sabe que puede llevarlos a feliz término. Con suficiente confianza en sí mismo, el optimista encuentra las orientaciones y la fuerza para lograr todo lo que se propone.
2 comentarios:
me gusta
no es facil tocas estar pidiendo permisos un beso
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