13 mayo 2010

Todos, en nuestra existencia, somos constructores

No son tiempos de lamentos ni de andar criticando todo a nuestro paso buscando culpables, como si todo nos fuera ajeno. ¿Y cada uno de nosotros?
 Pienso que son tiempos de definiciones y trabajo porque la vida exige de todos un poco más. Todos, en nuestra existencia, somos constructores. La propia construcción de la vida misma es la que cada día nos llama a ser creadores de perfecciones amasadas con  sabiduría, sudor y mucho amor.
 Hoy recuerdo que de muy joven y debutando como  profesora de Secundaria, un experimentado colega, me aconsejó:”tienes que enamorarte de tu profesión, de los alumnos, de los padres, si no lo haces así no impartirás lecciones con calidad, sólo repetirás que Martí dijo: Mírame, madre y por tu amor, no llores. No, tú tienes que hacerles llegar a los alumnos  en qué circunstancias lo expresó  Martí y sentirlo en carne propia. Las obras literarias hay que vivirlas. Tienes que meterte en el poema y lograr que tus alumnos se sientan poetas”.Nunca es tarde para enamorarse de la obra.
Cada día ponemos un clavo, levantamos una pared y no nos percatamos de que el tiempo pasa  y nos desafía a crear para el mañana. Hablamos de porvenir, de futuro como algo ajeno que alguien dispondrá, ordenará o acomodará para mí, para ti como si nuestro paso por la vida no lo condujéramos nosotros mismos.
A muchos, ya de cierta edad, los oigo preguntándose qué hice con mi vida, por qué las cosas son de esta manera y no como pensé, en qué fallé y uno que les conoce bien, sabe ciertamente en qué fallaron. Es lo que te digo. La vida no se piensa, se hace. Es obra de constructores la vida.
Acudo a esta pequeña narración, una de esas que tanto me gusta citar para ilustrar mejor. Verás.
Un Maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para retirarse y disfrutar su pensión de jubilación. Le contó a su jefe sus planes de trabajo para llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse, ya se las arreglarían de alguna manera.
El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen trabajador dejara el trabajo y le pidió como favor personal, que hiciera un último esfuerzo: una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacía. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.
Cuando terminó el trabajo el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. Esta es tu casa, querido amigo, es para ti.
¡Ayyy, si el albañil hubiera sabido que  estaba construyendo su propia casa! Seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. Imaginen cuánto derroche de creatividad, cuántos recursos costosos, cuánta expansión, confort. Pero sencillamente el desgano que provoca en algunos la jubilación próxima, el pensar que era una casa más…Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que el mismo había construido.
Sí, vale el ejemplo para los trabajadores de la construcción, carpinteros, albañiles, plomeros, pintores que han de participar en obras estatales por encargos, con la  seguridad de que ni un grano de arena se puede desviar. La cultura del país debe ser de amor a lo que se hace y  no de vía para satisfacer problemas personales. Es que tiene que haber un mínimo de respeto por uno mismo y por saber que en esa obra está mi sudor, mi energía mi aliento, mi esmero.
Pero es algo más abarcador a lo que quiero referirme, es a constructores de existencia, de caminos largos, porque la vida no es un escenario donde actuamos automáticamente. No es trabajar consciente porque nadie te lo pida ni te lo ordene, es sí  por convicción y porque soy una persona inteligente que sé cuál es el reclamo, la necesidad, el paso firme, para que la vida misma luego, no me pase la cuenta. Ricos seremos si creamos riquezas.
 Inclusive si  vivimos por un día, ese día debe vivirse con gracia y dignidad.
La vida es como un proyecto de hágalo- usted mismo. Su vida ahora es el resultado de tus actitudes y elecciones del pasado y tu vida de mañana será el resultado de tus acciones de hoy y hoy, amigo, no termina todavía. Aún hay tiempo.

Marlene Gonzalez “Oye Amiga”

No hay comentarios.: